Aquel Yo me cuenta su secreto
Llevando mi cuerpo hacia un hueco en el espejo.
Mi sombra, mis sueños, mi cara oculta,
Mi personalidad desquiciada, mi parte maligna, mi lado bondadoso.
Males, rencores, venganzas,
Sombras junto a un niño moribundo;
El sonido del viento ha de llamar a la puerta
Y mis oídos no quieren ya prestarle atención;
Un yo multiplicado
Varios yoes multiplicados
Millones de yoes multiplicándose
Y uno sólo debe dar la cara.
Él me observa tras el reflejo de la luna sobre el río,
El mal yo que nunca termina de conocerme;
Quiere llegar hasta el final de mi historia,
Leer el principio de mis lamentos cotidianos.
Los espejos nos cantaban sus canciones preferidas
Mientras aquel Yo continuaba con su juego eterno
De buscar las soluciones, las respuestas,
Las preguntas, los problemas.
¿Por qué no puedo ser yo quién se refleja tras los vidrios de la ventana empañada?
Porque no hay una voz que me diga lo que debo hacer
¿Por qué yo debo dar la cara ante los problemas que ellos han de iniciar?
Porque las sabias conciencias no me dejan ya ver la luz del sol
¿Cuándo sabré las respuestas a todas las preguntas que han de surgir en las noches de profunda soledad?
Cuando quiera la vida dartelas a conocer
¿Por qué yo? ¿Por qué a mí?
Porque sí